Sostenía el periodista Mellado, en una crónica del Diario Córdoba del Lunes Santo, que las autoridades, estamentos y población en general tienen la obligación de respetar a las cofradías por el mero hecho del beneficio que estas suponen para la sociedad. Para ello se apoyaba en un estudio emitido por reputados economistas que analizaron las diferente variantes socioeconómicas que se mueven en el ámbito de las cofradías. Una vez estudiadas y cuantificadas, se emitió juicio al respecto “Respetar a la Semana Santa”.
Como dijo el profesor del Club de los Poetas Muertos “Las poesías no son tuberías, no se puede cuantificar ni medir la intensidad de un poema”.
Sr. Mellado, no se puede cuantificar los sentimientos del alma, no se pueden calcular la hondura de las creencias que parten del lugar más intangible de nuestras vidas y nuestras vivencias, no se puede pretender interpolar linealmente, derivar, integrar o realizar una matriz “3X3” de una supuesta ecuación juanmanuelina, o representar como una asíntota vertical el arrebato de la Plaza del Duque. No se puede Sr. Mellado, realizar calculo diferencial sobre las distintas formas de andar de los misterios “Si anda sobre los pies será de Bernouilli, sin embargo si hace lanzada puede ser lineal o de variables separadas”. No se puede Sr. Mellado integrar o parametrizar la Fe en Dios, en un Dios que se hizo carne para decirnos lo que nos quería. Es profundamente inmoral, regalarles la trinchera a los que lejos de estar en nuestro bando se sacuden sus despojos y ganan nuestro terreno intentando hacer carroña de nuestra posesión más preciada: La Verdad, para convertirla en fajos de billetes.
Se ha cargado la libertad Sr. Mellado, ha colocado el bien material como un valor que justifica nuestro DERECHO a manifestar nuestra Fe. Hemos prostituido (ya es un fenómeno generalizado en las cofradías), de una manera vil y rastrera el sentido de nuestras cofradías. Y todo por unas tristes subvenciones y la comodidad de huir de los problemas “Por mi causa te perseguirán”.
Muchos cofrades, entre los que me encuentro, seguimos pensando que no tenemos que justificar nada a nadie. No tenemos que colocar el dinero como un valor que transmitir a la sociedad, sino más bien entregar el testimonio de la Fe y la entrega a la sociedad.
Lo que propugna, Sr. Mellado es tremendamente arriesgado y peligroso, ¿Qué será pues si nuestros desfiles pierden interés turístico? ¿Tendremos que cangrejear delante de un palio desde las catacumbas? ¿O tendremos que volver a meter a la Reina de San Gil en un cajón?
Yo seguiré saliendo a la calle a hacer profesión pública de Fe, con mi cristo. Sin gente, sin Carrera Oficial, en parihuelas, sin bandas, con miedo o sin miedo. Pero seguiré dando testimonio siendo fiel a la llama que recibí con mi bautismo hace ya unas décadas.
El año que viene seguiré aguantando tirones de mi blanca capa, zamarreos, insultos, niños irreverentes, gritos, burlas ante la impasividad de las Fuerzas de Seguridad y de nuestros propios dirigentes y hermanos mayores...y todo, Por un Puñado de Dólares...
¿Perio.... qué, el Mellado? ¡Un respeto! Colaborador de prensa y gracias.
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