Prisión de Tela.

-Vaya tela Marta, mi arma, siempre te tienes que quedar atrás. Después en la iglesia no me comas la cabeza, “Que si no podía andar más rápido que si me habéis “dejao” sola con ese grupo de Texas que me acorralaba haciendo preguntas, que si...”. Al final no llegamos y me veo llamando y echando la puerta abajo. El año que viene me vengo en moto como el de la foto...con el casco y “to” ¡venga Dieguito, hijo, que desde que eres “guiri” estás perdiendo facultades”-

-Siempre nos tenemos que ir por nuestra cuenta, con lo fácil que sería quedar en casa de Eduardo, y allí nos vestimos todos ¿Y papá? Vengo de Liverpool una vez al año, prefiero quedarme allí en Navidad, y resulta que se viene con el tito Manolín. Yo creo que podríamos venir todos juntos, “pa” una vez que vengo... En fin, la verdad es que esta precioso el día. Que feliz soy, como estoy disfrutando ¡Y todavía no hemos salido! ¡Cuando se lo cuente a Susan! Seguro que el próximo año se viene conmigo ¡Señor, anhelo tanto volver para siempre! Mi tierra, mi gente, mi familia...-

-¿Me habré “dejao” el gas puesto? Mira que se lo dije a Jose, “Jose cierra el gas, que con las prisas de vestirnos la vamos a “liá”. Por salir pitando a última hora, cualquier año tenemos un disgusto. ¡Madre mía, Tobby! Me he “dejao” el perro en el salón, ese se venga y se mea dentro, o se come los sillones. Recién “casaos” que estamos, que poco me van a durar, y de piel que son. Bueno voy a parar de pensar y voy a rezar una estación.-

-Siempre me dejan “pa” la última, y anda que andan despacito...Solo le pido a la Virgen que me deje ver a Alejandro. Siempre venía a vernos, le gustaba mucho el “Silencio Blanco”. Pero no se si lo decía solo por que era su novia. Nos íbamos a casar...¡Oju como me aprieta la tira de la sandalia! Pero este capirote ultraligero que me he “agenciao” está fenómeno..
¡Seguid corriendo! Vaya con los hermanos que tengo. Como se nota que soy la chica y ellos los mayores "casaos". Alejandro, Alejandro......Dios te Salve María, llena eres de gracia...-

Allí va, como una luz inexorable hacia su destino. Un destino de gloria, honor, pasión y amor por una tradición. Preso de la soledad de su alma y esclavo de la sequedad de sus labios callados, reza a su abogada defensora para que le libere de sus tormentos mundanos y le llene de fuerza para seguir, para caminar, para creer, para redimir su pena: “Penitencia”.

Tiene sus problemas, siente, ríe, piensa, le duelen los pies, sabe lo que es el amor...y el desamor. Es pragmático, desconfiado, cuidadoso, infantil, cascarrabias, obcecado, cariñoso, soñador, sentido...
Es humano como él. Porque el nazareno hace honor a su nombre “El Nazareno”. de Nazareth era aquel Dios andaluz, que hace dos milenios murió como un hombre, y al que ahora niega nuestro tiempo.
Mientras unos piensan que el nazareno se baña en desgracia, se peina con la indiferencia y se perfuma con el desprecio; El nazareno está prisionero en una cárcel entelada, que lo lleva a la libertad, a la luz, y a la felicidad.

Porque un nazareno no es más que, “Un sueño de ojos entreabiertos”.