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lunes, 25 de abril de 2011

Vera Crux. Una de barrio...sin barrio.


Se plantó en las entrañas de la Córdoba de Felipe II. Extraordinario cortejo, algo corto de efectivos como si lo bueno no estuviera para todo el mundo.
A destacar como siempre el clasicismo y elegancia del señor de los Reyes, que no se deja (ni debe), llevar por los cambios del bombardino y el flamenqueo.
En el palio todo es bueno, hasta el vestir de D. Manuel Roldán al estilo más ortodoxo.
La señora ya va bajo un cielo de voluntades, de rifas y tortillas de patatas, de esfuerzo cofrade. Pero como dijo la canción, para tener dinero hay que saber gastarlo y ellos han querido lo mejor para su madre, para NUESTRA MADRE. Pronto, a no mucho tardar pasearán un top ten de los palios cordobeses.
Sin duda, una hermandad de barrio, porque sale del barrio ¿Quién diriía qué cruza el puente si llevarán esparto, sandalias y cola?

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